A medida que la Alcaldía SDE ha ido avanzando en sus objetivos, el impacto de las campañas sucias han quedado en nulo.
Han pasado dos años de combate mediático contra la Alcaldía de Manuel Jiménez.
Campañas estructuradas, pagas por equipos políticos económicos que vieron sus intereses sucumbir frente a las acciones de desmonte del status cuo que había secuestrado la ciudad y la habían puesto en manos de la corrupción, irrumpieron en los medios de comunicación llamados «nacionales» que algunos, durante años, también se habían beneficiado de las mieles del poder desde Santo Domingo Este.
Desde «voceadores» en las redes, pagados por enemigos políticos del alcalde desde los partidos de oposición hasta del mismo donde él milita, grupos de presión mediática para hacer o que él (el alcalde) desistiera de «recuperar la ciudad» hasta, se especula, el presidente de la república desistiera de «atender» el municipio más grande del país, lograron su clímax más alto en la millonaria campaña de desestabilización provocada por el exceso de basura en la Circunscripción 3 por la pobre recogida de la empresa que tenía encargada la zona hasta bandas organizadas que traían y hasta hoy, traen, desde municipios aledaños, basura para tirarla en zonas visibles y provocar caos.
Un video filtrado (uno de tantos que se poseen y no todos han salido) de un camión escoltado por «tigres» con cocteles molotov ayudó a las autoridades a mostrar la verdadera naturaleza de la guerra que se llevaba a cabo en Santo Domingo Este entre el viejo «modelo» y otro de recuperación. (se comenta que la alcaldía tiene nombres y apellidos, placas, pruebas concretas y precisasas de quienes han organizado estas campañas)
Los medios, comunicadores y periodistas que se aventuraban a decir que pasaba en la ciudad, por un lado, los lugares que se iban recuperando junto al proyecto desestabilizador, fueron también atacados, difamados, vejados, ofendidos, por los grupos pagados por los «interesados» que veían en estos, obstáculos para cumplir sus propósitos de desprestigio del Alcalde y su gestión.
Decir entonces, la verdad, se volvió causa de ataque o de señalización de esos mismos grupos.
Poco a poco, y sin dejarse presionar, la Alcaldía ha ido avanzando en los objetivos propuestos en corto, mediano y largo plazo, derrotando, uno a uno, a los grupos desestabilizadores u opositores (porque no todo opositor ha estado en los planes desestabilización municipal) que durante los dos primeros años de rompimiento del estatus de ciudad secuestrada se ha sido testigo.
Comunicadores y Periodistas, incluso, alternativos y diarios digitales, también se organizaron organizados unos, y otros, por puro intento de chantaje al Alcalde para que les diera publicidad, en campañas denotativas no solo contra el Alcalde y su gestión, sino contra medios y colegas que simplemente, decidieron contar la verdad de lo que ocurría en el municipio en medio de la agresión real y mediática, sufriendo así las consecuencias.
Algunas fuentes de financiamientos a comunicadores, periodistas y haters, se han terminado cuando las nóminas cambiaron de «firmantes» pues, esos grupos, sacando a los que tratan de chantajear directamente a los funcionarios de cualquier índole por cheques, no «caminan» si no es con dinero.
Políticos, funcionarios, ex-apoyadores en campaña e incluso amigos, han visto frustrados sus propósitos de servirse del dinero público usando la amistad o contactos cercanos al Alcalde, que no «juega» con la corrupción ni el tráfico de influencias, siendo esta otra de las causas que algunos de ellos optaran por pagar campañas desde los medios o a comunicadores y/o voceadores «independientes», eventualmente a veces, para saciar su propio fracaso de esperanzas muertas.
Decir que la ciudad poseía un plan para la recogida de basura, la recuperación de parques abandonados desde los tiempos de Balaguer, la limpieza de cañadas tupidas durante 30 años o el rescate del cementerio, los mercados y otras zonas emblemáticas, así como el desmonte de las estructuras para políticas cuasi comunitarias, secuestrado por los partidos, fue causa de ataques inmisericordes, cobardes, ruines, por parte de políticos, llamados, «pica pica», mercenarios y sicarios mediáticos algunos de ellos, con medios, y otros especímenes allegados a grupos mafiosos y equipos políticos con malas mañas como de ordenar campañas y guerras sucias contra políticos o gente de la prensa.
Hoy, al menos, parecería que los objetivos que la Alcaldía se habían propuesto y la creciente imposibilidad de vender una «verdad falsa alternativa» han dado al traste de la disminución de los ataques inmisericordes que encuentran poco espacio para colocar un discurso que contrasta con la realidad.
Es posible que con la llegada de la campaña alternativa algunos haters (odiadores) y mercenarios de las «redes» otra vez salgan a la palestra pública, pero es seguro que cada día, a medida que la población «conoce por qué existen y que quieren», también se les haga menos caso, toda vez que su principal «target» (objeivo) no cede a chantajes.
Es claro, al menos por ahora, que los haters, se han «replegado»